El divorcio: Un puente hacia las tinieblas, hasta llegar a la luz
19 febrero 2020 2BePart

El divorcio: Un puente hacia las tinieblas, hasta llegar a la luz

Vaya por delante que en este post no voy a dar consejos a nadie, no es mi intención juzgar ni soy un experto en casi nada, en esto tampoco, solo hablo desde mi experiencia como separado y desde mi punto de vista.

Una separación o divorcio siempre es un trago duro y difícil, no hay dos divorcios iguales ni dos personas que lo vivan de la misma manera. Son solo unos cuantos afortunados los que tienen una relación feliz, estable y duradera (solo 3 de cada 10 matrimonios en España).  Los demás, nos hemos enfrentado o estamos enfrentando a dilemas, miedos e inseguridades propios de quien, en su interior, anhela aquello que tuvo y que ahora ha perdido, y se está planteando si buscar un nuevo rumbo y dar un giro en su vida.

A los que tenemos que afrontar esta situación, me gusta imaginarnos delante de un puente, un puente que nos conduce desde el matrimonio a la separación, desde la vida en pareja a la vida en solitario y  quizá, solo quizá, desde la tristeza y el hastío a la felicidad y el bienestar.

Unas veces queremos cruzarlo por decisión propia, otras porque nos han empujado a ello. Muchos, lo observan desde lejos, indecisos, otros, lo cruzan valientemente, decididos, con la espada en la mano.

Algunos, ya han cruzado al otro lado y se encuentran atravesando las tinieblas que inevitablemente hay que superar hasta llegar a la luz, la ansiada luz. Cada uno librando diferentes batallas contra diferentes adversarios. El miedo, siempre el miedo esperando a vuelta de la esquina,  y la melancolía que amenaza escondida en cada rincón.

el puente entre el matrimonio y el divorcio

Para mí y sé que es simplificar mucho, existen dos tipos de perfiles de quien no es feliz en su matrimonio;

Están los que han pensado o piensan  que su relación no va a ninguna parte y se han planteado o están planteando cómo sería su vida si se separaran de su pareja.

Miedos, temores, nervios sentimientos de culpabilidad, preocupación por los niños, inquietud a estar solos, problemas económicos y un sinfín de razones para no dar el paso.

En el fondo, sabes que se ha acabado, te planteas una y otra vez, si al otro lado del puente, te espera una vida más serena, tranquila y feliz o una etapa de oscuridad, inseguridad  y miedos. En estas ocasiones a veces nos ayuda compartir nuestra experiencia con los demás o al menos saber cómo han vivido otras personas esa experiencia, os cuento algunas de sus reflexiones que a mí, me han llamado la atención:

“No me divorcio porque no me hago a la idea de estar un solo día sin mis hijos”. Alicia, resignada y triste. 44 años.

“Unos días tengo mil miedos, otros ilusión por encontrarme a mí misma”. Irene, mirando al puente con una mezcla de sentimientos encontrados. 45 años.

“Mi relación ya no funcionaba, pero desde que está la pequeña es aún peor. No sé qué hacer”. Jose, no sabe si es ese el lado del puente donde quiere estar. 39 años.

“A veces me planteo, si es mejor seguir por los niños, ellos no tienen la culpa, pero no sé si esto es lo correcto, estoy triste”. Ada, dudas y miedos, las tinieblas asustan y mucho. 46 años.

Luego están aquellos, que finalmente dieron el paso y han cruzado el puente.

Nada más bajar,  comienza una montaña rusa de sensaciones: entramos en una zona de incertidumbres, de vaivenes emocionales, algunas de esas  emociones nos van a superar en algún momento. Todo es nuevo, todo es difícil y las cosas cambian rápido, muy rápido, a veces fuera de control.

Sí, estás en la zona de las tinieblas, donde nunca sabrás cuando despeja ni cuando llegará el día en que podrás ver el sol, tampoco, cuánto durará el camino y cómo de duras serán las cuestas que tendrás que subir.  El peaje que tendrás que pagar será más alto y más doloroso cuanto más pesada sea la mochila que llevemos a cuestas y tus sentimientos dependerán en gran medida, de cómo gestiones las emociones que cargues en ella.

atreverse a cruzar el puente

Aquí os dejo algunas reflexiones de personas que han cruzado el puente y de su viaje al otro lado hasta alcanzar la luz:

“Al principio estaba contenta, liberada, pero ahora estoy triste, asustada y muy sola”. Ana, aún atravesando las tinieblas. 52 años.

“Sé que hay vértigo, pero confía, el otro lado puede ser estupendo”. Lidia, saliendo a la luz del sol, 43 años.

“¿Qué si hay vida? 1 año después, hay una vida preciosa, divertida y serena”. María,  Ya en la luz y con una copa de Martini en la mano. 47 años.

Como he dicho al principio, cada cual está librando su propia batalla, a un lado o al otro del puente. Envidio a quien es feliz en su matrimonio, entiendo a quien sus miedos atenazan sus anhelos, admiro a quien es valiente como para lanzarse al vacío, sufro por quien lucha entre las tinieblas por alcanzar la luz y me alegro infinitamente por quien ha conseguido tras mucha lucha y sufrimiento que su vida al menos, valga un poquito más la pena.

Y recuerda “Fija tu rumbo a una estrella, y podrás navegar a través de cualquier tormenta” (Leonardo Da Vinci).

 

Jose A. Pérez Alavés

Socio Fundador de 2BePart

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