Aproximadamente la mitad de las parejas que se divorciaron en la Unión Europea en los últimos años tenían al menos un hijo menor de 16 años. Un porcentaje que se estima bastante mayor en España (se llegan a dar datos cercanos al 80 %), lo que significa un número muy importante de menores que afrontan el delicado proceso de separación de sus padres. Hay que tener en cuenta, además, que en estas cifras no siempre se incluyen los casos en los que los padres no estaban casados.
Cuando los padres ya no pueden convivir juntos y deciden vivir separados, un niño puede sentir que su mundo se ha puesto patas arriba. Los estudios indican que el nivel de malestar que experimentan los hijos de padres separados puede variar dependiendo de cómo se separaron sus padres, la edad del niño, cuánto comprenden y el apoyo que reciben de sus padres, familiares y amigos.
Posibles problemas que pueden surgir en hijos con padres separados.
Se considera que la inestabilidad familiar es un importante problema de salud pública para los niños; siendo esta la raíz de la problemática y no el propio hecho del divorcio. Esto hace que sean varios los estudios que ven el divorcio o la separación como algo, sin duda, problemático, pero que puede resultar en un cambio positivo si, tras el proceso de adaptación, los niños encuentran de nuevo una estabilidad de convivencia. Esto es algo especialmente importante en los casos de niños que resultaron expuestos a altos conflictos antes de la separación.
En cualquier caso, en ese periodo de superación de la separación las investigaciones han documentado que el divorcio de los padres se asocia con un mayor riesgo de problemas de adaptación en niños y adolescentes, incluidas dificultades académicas y abandono escolar, comportamientos perturbadores con problemas de conducta y estado de ánimo depresivo.
Estos mismos estudios informan que la mayoría de los niños cuyos padres se divorcian superan el proceso y no presentan problemas psicológicos a largo plazo. Sin embargo, es importante reconocer que incluso los jóvenes resilientes de familias divorciadas a menudo informan sentimientos o encuentros dolorosos, como preocuparse por eventos como graduaciones o bodas en los que ambos padres estarán presentes.
Problemas psicológicos de hijos con padres separados.
El divorcio puede ser un período estresante entre los padres, pero también interrumpe la secuencia de desarrollo normal de los niños, especialmente en lo que respecta a su salud mental. Independientemente del género, la edad y la cultura, los hijos de padres divorciados han mostrado un mayor riesgo de problemas psicológicos, incluidos los siguientes:
Depresión
la depresión es un problema de salud mental que se observa en algunos niños que son testigos del divorcio de sus padres. Durante el proceso, los niños pueden sentir angustia y desamor, lo que podría resultar en un aislamiento social. En algunos casos, la separación también podría poner a los niños en riesgo de desarrollar otras problemáticas mentales asociadas a la depresión.
Ansiedad
los niños de familias divorciadas pueden sentirse ansiosos, tensos y nerviosos. Esto es especialmente cierto en los niños pequeños porque son más dependientes de sus padres. La ansiedad puede afectar su rendimiento académico y hacer que pierdan el interés en sus actividades favoritas.
Cambios de humor e irritabilidad
los niños también pueden experimentar cambios de humor repentinos y volverse irritables cuando interactúan con las personas. Estos sentimientos negativos pueden estar dirigidos a diferentes causas percibidas. Mientras procesan los efectos de una separación parental, los niños también pueden sentir enojo hacia sus padres, amigos y otros compañeros.
Desesperanza y desilusión
los hijos con padres separados pueden experimentar sentimientos de desesperanza y desilusión debido al estrés o la falta de apoyo emocional de los padres. Este problema puede empeorar con el tiempo. Si son criados por un solo padre será este un tema de especial atención en el que los desafíos pueden ser bastante significativos.
Consejos para que los niños puedan superar la separación
Los padres deben comprender lo estresante que puede ser el divorcio para los niños. Si bien no hay nada fácil en una ruptura, hay varios pasos que se pueden seguir para apoyar y demostrar a los hijos su importancia para nosotros.
Comunicación activa: tener una comunicación regular y constante con los hijos es crucial durante y después de la ruptura. Hay que establecer una comunicación equilibrada y saludable, asegurándoles a los hijos que no son responsables del divorcio.
Estar disponibles para proporcionar apoyo emocional: La mayoría de los niños necesitan un sistema de apoyo emocional. Esto reduce el impacto del estrés emocional. Mantenerse involucrado como padres y manejar el divorcio de una manera tranquila y racional ayudará a los niños a mitigar los efectos adversos.
Evitar involucrarlos en las disputas por la custodia: las disputas por la custodia son a menudo largas y caóticas disputas legales que se resuelven judicialmente. Esta podría ser una experiencia estresante para los niños. Para evitar la agonía de una pelea prolongada puede ser interesante buscar mediación para establecer un acuerdo de custodia de beneficio mutuo.
El divorcio es una píldora amarga tanto para los padres como para los hijos. Si es necesario se puede recurrir al apoyo de un consejero profesional para ayudar a la familia a manejar la situación a fin de seguir siendo padres atentos y cariñosos con nuestros hijos.
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